BUSCANDO A DORY

Genial continuación de la exitosa 'Buscando a Nemo'. La nueva película de los maestros de la animación es una perfecta combinación entre diversión y sentimientos. Y, además, cuenta con una pequeña Dory que desde el segundo uno te robará el corazón.

Película. Animación. Pixar. No haría falta decir más palabras para convencerme de ir a ver 'Buscando a Dory' al cine. De hecho, bastaría con la última de ellas: Pixar. ¿Cuándo han fallado estos genios con una película? Puede que alguna de sus obras baje un poco el (altísimo) nivel que han puesto (y sinceramente ahora mismo no sabría decir cuál), pero que esta gente son unos genios y que hay un 95% de probabilidades de que su nueva película sera una nueva maravilla en su colección, de eso no hay duda.

  

Mirar la foto de arriba. Sale en el primer segundo de película. No ha dicho ni una palabra aún, pero ya te ha robado el corazón. 

El prólogo de la película quizás contiene algunos de los momentos más sentimentales y tristes de las películas de Pixar. Esa pequeña Dory, con sus problemas de memoria, y unos dedicados padres que se esfuerzan por hacerla sentir normal, realmente consiguen llegar a provocar cosas dentro de ti. Y que consigan eso en 5 minutos, con una película de animación en la que los protagonistas son peces, ya es simplemente para aplaudir. Tampoco es algo nuevo en las películas de esta compañía, y si alguien no me cree, que por favor se ponga el prólogo de UP, una de sus obras maestras, y lo entenderán.

Buscando a Dory comienza un año después de los acontecimientos narrados en su predecesora, y en esta ocasión es la olvidadiza personaje del título quien, en un momento de lucidez, recuerda a sus padres y una pista para encontrarlos, lo que desencadena una nueva búsqueda y aventura en el agua.

Cierto es que pensar en secuelas de películas que llegan años más tarde que la original siempre me da miedo. Miedo porque suena a "estamos quedándonos faltos de ideas así que vamos a tirar a lo seguro". Y más miedo aún cuando la primera parte te encantó y no quieres que estropeen el bonito recuerdo que tienes en tu cabeza sobre esa historia. Pero mis temores no se han cumplido y la película me ha gustado, mucho.

Más allá de los momentos con 'Baby Dory', que hacen que se te caiga la baba y se te retuerza el corazón, esta nueva aventura me ha parecido refrescante, muy equilibrada en cuanto a diversión y sentimentalismo, lo cual le sienta genial a la historia.

Vuelven a salir a escena nuevos personajes marinos realmente geniales, entre los que destacaría al pulpo Hank (genial ejemplo de personaje gruñón y cascarrabias que parece que sólo tiene interés por sí mismo, pero que sabes que en el fondo no es así) y a la pareja de vecinos de acuario Bailey y Destiny.

También me ha encantado el entorno donde se desarrolla la historia: un gran instituto marino al más puro estilo Oceanografic. Me parece una idea genial porque todo el mundo ha visitado en su vida un sitio parecido, y gracias a ello podemos identificar los lugares que aparecen en él (el acuario, la zona de regalos..) viéndolos desde una perspectiva completamente diferente (que en algunos casos da que pensar, como la genial escena de las manos en la zona infantil).

En conclusión, una muy buena película de animación para disfrutar en el cine, ya seas niño o adulto (y he de decir que en mi sesión la mayoría eran grupos de adultos sin niños). Si tienes dudas sobre si verla o no simplemente recuerda una palabra: Pixar.

P.D.: Como es tradición en las películas de Pixar, antes de empezar se proyecta un nuevo corto de animación. En este caso se titula 'Piper', y es maravilloso. Aquí tenéis una imagen.

Lo mejor: cómo el bebé Dory en dos segundos te parte el corazón.

Lo peor: a mí, personalmente, no me gusta la voz de Anabel Alonso para doblar a Dory, porque me recuerda demasiado a la actriz, pero es un tema de opinión personal, nada que ver con la historia.