Sense8, una de las recientes creaciones del portal Netflix, es una de las últimas series que me han enganchado. Creada por los hermanos Wachowski (Matrix), la serie de momento cuenta con una única temporada, aunque espero que pronto se confirme su renovación para una segunda.
El argumento de la serie gira entorno a 8 personas de diferentes partes del mundo (San Francisco, Chicago, Ciudad de México, Londres, Berlín, Nairobi, Mumbai y Seúl) que descubren estar emocional y mentalmente conectados entre sí. Una premisa interesante, que me atrajo desde un primer momento, y que me ha mantenido atrapado durante los 12 capítulos que conforman su primer acto.
Lo que más destacaría de la serie son sus personajes, todos ellos diferentes entre sí y carismáticos por sí solos, aunque siempre tenderemos a tener un favorito (para mí Wolfang, el ladrón de Berlín, y Riley, la DJ de Londres). Lo bueno es que me han llegado a interesar las historias de todos ellos, y creo que hay momentos de interacción entre unos y otros (como la escena en un museo de Lito y Nomi) que son simplemente excepcionales.
Otro de los grandes descubrimientos que he hecho con esta serie es Miguel Ángel Silvestre (sí sí, ese). Nunca me había molestado en verle como actor, ni me imaginaba que fuese a hacerlo, pero tras ver Sense8 (donde interpreta a Lito, uno de los ocho protagonistas) he de decir que estaba realmente equivocado (escenas como la que protagoniza a solas dentro de un coche pasando de la ira al llanto en cuestión de segundos son dignas de ver).
La serie va cogiendo fuerza a medida que ahondamos en las historias y traumas de cada uno de los personajes principales (todos ellos tienen sus demonios interiores). Como ya he dicho, las personas son lo mejor de la serie, y no sólo los ocho protagonistas. Hay personajes secundarios como Amanita o Hernando que tienen mucho peso en la historia y que bien podrían considerarse principales (a mí personalmente me encantan).
En resumen, una idea diferente, original. Sexualidad, política, amor, religión y mucho, mucho mundo al que viajar. Yo ya sueño con ser un "sensate".
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